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viernes, diciembre 07, 2007

Otra estúpida web de filosofía.


Hoy hablamos de la tremenda y superficial proliferación de las principales obras filosóficas por doquier, en esta, nuestra sociedad consumista. La filosofía nunca hizo bien a nadie, miren ustedes a Kant, pero vemos hoy con gran espanto como jóvenes de todas las edades (de todas las edades que podemos considerar que pertenecen al conjunto G “ser joven” en este y otros mundos posibles) visten vistosas camisetas que parafrasean las más célebres citas de los filósofos; cómo hace un mes Apple en un evento de dimensiones apocalípticas hacía esperada presentación en público del atreveteapensar-pod, que en su primera semana a la venta superó el ya monstruoso record de sus predecesores, el cogitoergosum-pod y el ya desaparecido socratesesunhombrestodoslosshombressonmortalesluegosocratesesmortal-pod, que no tuvo el éxito de sus predecesores por su dificultad de manejo (el que las instrucciones se limitaran a indicar “deduce tú mismo el uso” supuso grandes trabas para muchos usuarios) sin embargo obtuvo un nada desdeñable índice de ventas, como todos recordamos. Y esta ola de consumismo filosófico no está reducida a la población joven. Ya forma parte del imaginario colectivo la dulce imagen de una ancianita con El mundo como voluntad y representación de Schopenhauer entre las manos, en una mecedora cerca de la chimenea, mientras un corro de chiquillos la escuchan leer en voz alta ensimismados, comiendo galletas Leibniz. Una monada.
Este cuadro agradable se trasforma en las aulas en una creciente desatención al profesorado: podemos ver a los pequeños cambiando cromos de los filósofos griegos “los griegos si que molan” de Panini, o discutiendo acaloradamente si las vías de Sto. Tomás son suficientes para probar la existencia de Dios, mientras desatienden completamente al impotente profesor. Y es que el bombardeo televisivo de programas como “El diaro del sofista” o ¿Dónde estás Foucault?”, así como el violento “Pressing-Kant”, en horario infantil, hace ya mella en los tiernos cerebros.
Una desgraciada muestra de todo este caos filosófico que nos invade, son las bandas callejeras. Como recordarán radicales Idealistas contra Materialistas se batían tan sólo hace unos días en las calles de la capital, dejando numerosos heridos. Las manifestaciones a favor del fin de la violencia fueron secundadas por todos los sectores de la población, exceptuando el caso de los solipcistas y de los escépticos radicales, que declararon que todo aquello no había sino sucedido en su cabeza, o que dudaban que realmente hubiera ocurrido nada, respectivamente.
Evidentemente esta pandemia se expande así mismo a la red. Y este es el caso que nos ocupa. Otra dañina página web dedicada a la filosofía se abre, aunque ya no podríamos decir cuantas lo hacen cada segundo a lo largo del mundo. La persona que se encierra durante semanas en una habitación con el único objeto de saciar ese ávido y nocivo apetito por las webs de contenido filosófico, es hoy ya una figura social, a la que los webmaster se esfuerzan por complacer.
Hay que acabar con toda esta parafernalia, que está dañando seriamente los cimientos de nuestra sociedad. Por eso les pido, no entren a más páginas de filosofía, y sobre todo NO VISITEN EL NIÑO FILÓSOFO.

También puedes ver este post en Desesperados (blog asociado)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanto tiempo sin pasar por aquí... ^^

aneirola dijo...

Y vos quien sois?

Irene Bebop dijo...

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