Ravioli

Esta mañana estoy inspirada. Hay días en los que uno se levanta y hace algo trascendental para el curso de su vida y hoy es un día de ellos. Pues bien, no sé muy bien como, quizás a veces el destino nos lleva irremisiblemente por sus vías sin que podamos percibirlo o escapar; el caso es que con los ojos aún a medio abrir e impregnada de mi mal humor mañanero he encendido a Harry (mi ordenador, sé que tendré problemas por confesar que le he puesto un nombre a mi ordenador) y ya os digo, sin saber porqué he tecleado en el Google "ravioli, serie, tv". Os cuento mi historia "Ravioli". Yo juraría que de pequeña veía una serie que me tenía completamente encantada y alucinada. Era de unos chicos que se quedaban solos en casa. Mis datos memorísticos se resumían sólo a esto: tenían una despensa llena de botes de ravioli, eran un montón de hermanos o de primos, no tenian padres (estaban de viaje pero eso sólo lo he descubierto esta mañana: de pequeña me solidarizaba bastante con esos niños-sin-padres), y una vez uno de ellos comió tanto que se metió en la bañera y dejó el agua llena de tomate, los demás pensaron que había muerto (que trama tan angustiosa). Pues bien, si alguna vez voy a un psicólogo, este documento gráfico y testimonial le bastará para saber porqué me siento tan incomprendida entre mis coetáneos. Cuando entre amigos nos ponemos a recordar aquellas series que marcaron nuestra infancia (hablo ya de hace un año, pues aprendí, y no he vuelto a comentar nada), las bandas sonoras ect. Yo solia intervenir con la mágica frase "Y os acordais alguno de ravioli esa serie en que unos niños vivian solos y solo comian pasta??!!!???" (yo muy exaltada por supuesto) ya estaba hecho... no había marcha atrás... primero ese silencio tenso, después la bola de matorral de las películas del farwest que cruza el salón, y después las carcajadas: que qué tomo, que si lo habré soñado, que jijiji, que jajaja, que que imaginación tengo y tendré siempre... En fin todo demasiado cruel para que un alma tierna y soñadora como la mia pudiese soportarlo. Pues esta mañana una carcajada maligna de proporciones atroces se oye por mi calle. ¡Existen! ¡Existían! (y lo más importante: ¡no estoy locaaa!) Podré citar como fuente de mis palabras el siguiente post que tanta trascendencia ya tiene, y tendrá en mi vida: Ravioli Arrodillaos ante la verdad!!! L.